Más de 250 priistas contra ‘Alito’: expresidentes y exgobernadores exigen su renuncia

Expresidentes, exgobernadores y militantes del Partido Revolucionario Institucional (PRI) han suscrito un pronunciamiento como último recurso desesperado en su intento de frenar la posible reelección de Alejandro Alito Moreno. Más de 250 priistas críticos a la actual Administración han firmado el documento desplegado en diversos medios de circulación nacional.

Los opositores hacen un recuento de los errores de la dirigencia y manifiestan su preocupación sobre el objetivo de la asamblea nacional del próximo domingo. Piden que se “proceda a la indispensable separación de la dirigencia” y se designe una presidencia interina que conduzca los trabajos para la renovación de los órganos de dirección del partido que enfrenta la peor crisis de su historia. Sube la presión sobre Alito, pero en los hechos tendrá pocas consecuencias, al menos, de momento. El presidente controla la cúpula y tiene el quorum suficiente para sacar adelante la reelección.

Los exdirigentes del histórico partido que apoyan el documento son Dulce María Sauri, Enrique Ochoa, Pedro Joaquín Coldwell, José Antonio González. También están el excandidato presidencial Francisco Labastida y el exsecretario de Turismo, Enrique de la Madrid. Se suman un bloque de exgobernadores entre los que destacan José Natividad González, de Nuevo León; José Reyes Baeza, de Chihuahua; Arturo Montiel del Estado de México o José Antonio González Curi, de Campeche. También exdirigentes estatales y exintegrantes del Comité Ejecutivo Nacional han alzado la voz ante la inminente asamblea del 7 de julio.

En los últimos días, las voces críticas a la actual Administración han encendido las alertas de la reelección. La previsión de reformas a los documentos básicos de la agrupación política que se mantienen en total secrecía y el silencio de Alito ante las críticas han elevado las suspicacias de que todo se encamina a un presunto plan de Alito para hacerse cuatro años más de la dirigencia y terminar de cerrar el círculo para que la figura presidencial tenga el control absoluto del partido dejando en sus manos la designación de los coordinadores del Congreso.

Los opositores a las formas de Moreno para conducir el partido han dejado pasar dos años para volver a alzar la voz. En el pronunciamiento desplegado en diversos medios de circulación nacional han hecho un recuento de los descalabros de la actual dirigencia. También han recordado el episodio de junio de 2022 en el que una docena de expresidentes exigieron la renuncia de Alito ante los desastrosos resultados electorales. En ese momento el dirigente dio su palabra de dejar el cargo en agosto de 2023, meses después alargó su mandato un año más.

Con este escenario como antecedente ahora se convoca a una asamblea nacional que han acordado en las cúpulas del partido. Una reunión que de acuerdo a fuentes priistas fue acordada al siguiente día de la elección y publicada el 7 de junio. La urgencia de convocar a la encerrona semanas antes de que deba dejar la dirigencia Alito suma a la desconfianza entre las voces críticas.

Los priistas opositores que han sido relegados de la vida partidista y otros que han puesto tierra de por medio urgen a la renuncia de Alito “[…] dada la dimensión de la grave crisis que vive el partido y por las cruciales transformaciones que este requiere para seguir siendo una opción políticamente viable”, señalan en su pronunciamiento. La presidencia interina que proponen deberá de integrarse democráticamente por “un grupo de expresidentes, cuadros de prestigio y reconocimiento a fin de que conduzcan de manera colegiada e incluyente los trabajos de la próxima asamblea” que han propuesto se realice luego del análisis de la situación del partido y la transformación que requiere. “Estos cambios incluyen el replanteamiento de todos los documentos básicos y en particular el reforzamiento de la estructura territorial”, refieren. Otro de los puntos que destacan del documento es la propuesta de que en las reformas a los estatutos se refuerce el principio de “no reelección de la dirigencia”.

Con información de El País